Hoy en día sabemos que el ejercicio físico tiene un papel fundamental en nuestra salud. Mucha gente practica deporte para sentirse mejor y mejorar su autoestima. Sin embargo, para un reducido número de personas, desarrollar actividades físicas se convierte en una obsesión: son los «adictos al ejercicio».


Según Adriana Ortiz, maestra en psicoanálisis, al igual que sucede con otro tipo de dependencias los adictos al ejercicio: «ya no salen con amigos, familiares o la pareja porque todo el tiempo están pensando en hacer ejercicio o se encuentran en el gimnasio”.

Las personas más vulnerables a este tipo de desórdenes son aquellas que sufren o han sufrido trastornos alimenticios. Les preocupa mucho engordar y se obsesionan con quemar calorías con jornadas de ejercicio demasiado largas o se imponen sus rutinas como forma de castigo cuando hacen algún exceso en la mesa.

Según los expertos la actividad física induce a la producción de unos neurotransmisores llamados endorfinas, que crean en nuestro cerebro las sensaciones de placer y bienestar. Desde este punto de vista, la adicción al ejercicio sería similar a la de ciertas drogas.

¿Cómo saber si eres adicta al ejercicio?

  • Sigues una rutina muy estricta. Pese a las recomendaciones de tu monitor de fitness, no respetas períodos de descanso y tus jornadas de ejercicio son excesivamente largas.
  • Si no haces ejercicio te sientes triste o tu ánimo se vuelve cambiante. La depresión y la ansiedad pueden ser síntomas de una dependencia.
  • Postergas actividades con amigos y familiares con tal de no faltar un día al gimnasio.
  • Te sientes culpable cuando por alguna razón no puedes dedicarle tanto tiempo al ejercicio y tratas de recuperar siempre el tiempo perdido.

¿Cómo vencer la adicción?

Los investigadores sugieren que la abstención total del ejercicio no es la manera adecuada de vencer la adicción. En su lugar, se recomienda practicar la actividad con moderación.

¿Conoces a alguien que sufra esta dependencia?