¿Sales de la ducha y de repente te empieza a picar todo el cuerpo? ¿Has cambiado tu jabón habitual por otro más suave y sin perfumes pero todo sigue igual? El motivo podría ser prurito acuagénico, un problema dermatológico poco frecuente que puede aparecer en adultos o personas de edad avanzada.

¿Qué es el prurito acuagénico?

El prurito acuagénico es una reacción cutánea en la que una persona siente picazón cuando entra en contacto con el agua. No se conocen las causas exactas de esta afección aunque se piensa que existe una relación con los trastornos de la función de la glándula sudorípara. Algunos casos se asocian también con problemas neurológicos, como el lupus eritematoso sistémico.

Los síntomas son bastante desagradables y pueden incluir una sensación de ardor, picazón y enrojecimiento de la piel cuando está expuesta al agua. El tratamiento implica el uso de antihistamínicos y baños con agua templada para reducir el picor y la irritación.

¿Cuándo ir al médico?

La mayor parte de las veces los síntomas del prurito acuagénico desparecen por sí solos, pero si son persistentes conviene visitar a un profesional de la salud pues podría ser el reflejo de alguna enfermedad  u otras alteración hematológica.

También es aconsejable acudir al médico cuando se presentan complicaciones como infección o erupciones cutáneas.

¿Cómo se trata el prurito acuagénico?

Una vez diagnosticado y descartando otras posibles afecciones, el prurito acuagénico se trata con fármacos antihistamínicos de prescripción médica. Dependiendo de la causa desencadenante se pueden recomendar los tratamientos inmunomoduladores o la fototerapia (luz ultravioleta).

Cada caso es único y debe ser un dermatólogo experimentado quien determine las mejores opciones.