Cuando hablamos de cera para fabricar velas, inmediatamente pensamos en la cera de abejas; sin embargo existen más variedades, y a la hora de comprar una u otra debemos conocer sus diferentes usos y las propiedades que poseen.
Teniendo en cuenta su origen, distinguimos los distintos tipos:
De origen animal
Aquí no sólo entraría la cera de abejas, sino también el espermaceti o la lanolina.
La cera de abejas es una sustancia de color amarillo intenso y un olor característico a miel. Se ha utilizado desde tiempos muy remotos para la fabricación de cosméticos y velas.
Para hacer velas con cera de abejas es necesario someterla previamente a un proceso de filtrado y purificado. Aunque también puedes adquirirla en láminas y fabricar tus velas de forma sencilla, como te explicamos hace tiempo en este tutorial.
Otro tipo de cera de origen animal sería la estearina, que proviene del sebo o grasa animal y suele utilizarse en combinación con la parafina.
De origen vegetal
En este grupo estaría la carnauba o la candellilla. Se emplean principalmente en la fabricación de cosméticos y casi nunca para hacer velas.
De origen mineral
Destacan la microcristalina y las parafinas.
La parafina es la sustancia más utilizada en la fabricación de velas artesanales por su relación calidad-precio. Se extrae de una mezcla de hidrocarburos saturados procedentes del petróleo. Es sólida a temperatura ambiente, de color blanco e inolora. Se derrite fácilmente y nos permite personalizar de este modo nuestras velas añadiendo colorantes o esencias aromáticas a la mezcla.
Por otra parte, la microcristalina es similar a las ceras parafinas pero tiene un punto de fusión elevado (a 74Cº) siendo algo más pegajosa y resistente al frío.