A medida que van apareciendo  nuevos tratamientos rejuvenecedores gracias a los avances en medicina estética y al desarrollo de aparatología de nueva generación destinada a este fin, nos vamos dando cuenta de que la tendencia en lo que a cuidados faciales se refiere, es  desarrollar técnicas no invasivas que permitan tratar las arruguitas y la flacidez del rostro sin necesidad de someternos a cirugías y sin que queden cicatrices. Los resultados son mucho más naturales y la mayoría de las pacientes lo prefieren así.


Sin embargo, y a pesar de el auje de estas técnicas modernas, algunos dermatólogos opinan que ciertas terapias basadas en la medicina tradicional, siguen siendo útiles para mejorar progresivamente el estado de nuestra piel. Una de ellas es el llamado lifting japonés, una terapia alternativa y neurosensorial conocida y practicada en el país nipón desde tiempos muy antiguos.

¿Qué es el lifting japonés?

Algunas personas identifican el lifting japonés con un masaje facial convencional, pero no es así. Se trata de un método que trabaja directamente sobre las terminaciones del sistema nervioso, relajando la musculatura subcutánea

Este pequeño gesto aunque parezca algo insustancial, es muy eficaz como tratamiento preventivo de las arrugas ya que las líneas de expresión del entrecejo se marcan al fruncir el ceño repetidas veces; las patas de gallo, por otra parte, son consecuencia de la tensión continuada de los nervios que rodean la cuenca ocular.

El masaje libera tensiones, nos relaja, y al actuar sobre los puntos concretos en que se producen las arrugas, tiene un efecto similar al botox pues, aunque no paralice el músculo por completo, hace que vuelva a su posición de reposo y la piel se alise momentáneamente.

El lifting japonés combina varias disciplinas de la medicina tradicional de Oriente, como el shiatsu, el drenaje linfático o la reflexología facial. Durante el tratamiento, el terapeuta estimula ciertos puntos de acupuntura en el rostro, induciendo a una sensación de bienestar físico y emocional.

Nuestra cara está atravesada por un circuito nervioso como si fuese una red de meridianos. Reactivando ciertas áreas mediante presión manual, es posible conseguir una respuesta refleja sobre los órganos del cuerpo que regulan algunas actividades metabólicas. La irrigación sanguínea se reestablece, el cutis se oxigena y, al mismo tiempo, disminuye la acumulación de radicales libres ya que gracias al drenaje linfático, eliminamos toxinas.

Además, el lifting japonés como terapia neurosensorial no abarca solamente la zona del rostro (aunque el masaje se concentre sobre todo en esta parte) sinó que el cuello y el cuero cabelludo suelen ser también áreas a tratar. El objetivo es alcanzar también un equilibro emocional

¿Cómo se realiza el tratamiento?

Los productos utilizados durante la sesión, pueden ser diferentes según el centro de belleza o spa que lo oferte. Por lo general, la esteticién observará el estado de la piel, su textura y los signos de envejecimiento que presenta y elegirá, en base a estos criterios, los cosméticos más adecuados. La mayor parte de los ingredientes y esencias empleadas, forman parte de tradiciones milenarias y de los rituales de belleza practicados por las gheisas.

  1. El primer paso es la limpieza facial. Para ello se utiliza una leche desmaquillante con extracto de loto sagrado que tiene propiedades descongestivas y ultra-hidratantes.
  2. A continuación, se aplica una exfoliante a base de micro-perlas de jojoba para desincrustar impurezas y oxigenar nuestro cutis.
  3. Después se extenderá una mascarilla nutritiva acorde a nuestro tipo de piel. Se deja actuar unos 15 minutos, se retira y se realiza un suave masaje de drenaje facial para favorecer la eliminación de toxinas.
  4. Tras el drenaje, se realiza un segundo masaje de oxigenación que consiste en levantar suavemente la piel para favorecer la microcirculación a nivel de la epidermis.
  5. El tratamiento finaliza con la aplicación de una crema hidratante especial y enriquecida con vitaminas (A,E,C) y ácido hialurónico. Después de aplicarla y esperar unos minutos a que se absorba, el terapeuta realiza una serie de digitopresiones en aquellos puntos de nuestro rostro donde se localizan los nervios cuya tensión influye en la aparición de arrugas.

Cabe señalar que el lifting facial japonés es una terapia de choque (preventiva). No es demasiado eficaz cuando las líneas de expresión ya están bastante marcadas.

Su precio es variable según la clínica y el lugar donde lo vayamos a realizar aunque cabe indicar que hay muy pocos centros en nuestro país que cuenten con profesionales conocedores en profundidad de esta terapia natural.