El herpes es una infección vírica que afecta a los tejidos de la piel y hace que salgan ampollas pequeñas que al romperse generan costras. Existen diferentes tipos de herpes y ninguno de ellos tiene cura, pero sí tratamiento.

Tipos de herpes

Los herpes son generados por dos tipos de virus: el herpes simplex y el herpes zoster. A su vez, el herpes simplex se divide en dos grupos:

  • Tipo 1: suele aparecer en zonas como labios, mejillas y nariz aunque también puede causar herpes genital.
  • Tipo 2: frecuentemente causa herpes genital, pero también puede afectar a la boca.

Síntomas del herpes

Los síntomas más frecuentes del herpes son úlceras y ampollas en la piel. Algunas veces puede producir también fiebre, fatiga o dolor muscular. Esta sintomatología puede agravarse en pacientes con VIH.

Algunas personas tienen brotes muy seguidos,  pero lo más habitual es que con el transcurso del tiempo sean menos frecuentes.

El virus puede ser peligroso en recién nacidos y personas inmunodeprimidas. En estos casos, se recomienda llevar un seguimiento médico exhaustivo de la enfermedad.

Un virus extremadamente contagioso

El herpes es un virus que se contagia fácilmente y además es de rápida propagación. Se suele transmitir por contacto de la piel, besos, relaciones sexuales, etc.

Casi dos tercios de la población global es decir el  67% de los habitantes de la Tierra viven con el virus en la actualidad.

Una vez que entra en el organismo el virus no se elimina (es incurable). Los tratamientos médicos que conocemos tienen como finalidad aliviar los síntomas y reducir la frecuencia de los brotes.

Tratamientos para el herpes

Cuando los brotes aparecen de forma esporádica se realiza un tratamiento denominado “terapia episódica”, es decir, se trata únicamente mientras el brote se hace presente. Es conveniente aplicarlo apenas se manifieste el primer síntoma. Esto ayudará a reducir los brotes y acortar el proceso. Los tratamientos utilizados para las terapias esporádicas son generalmente por vía tópica.

En cambio, si los brotes son muy frecuentes se utiliza la “terapia supresiva” que es un tratamiento a largo plazo para evitar la recurrencia de los brotes. En estos casos los tratamientos locales no suelen ser muy efectivos por eso se utilizan medicamentos antivirales durante algún tiempo, por lo general, pastillas antivirales, pero en casos más severos se puede administrar un antiviral intravenoso.

Los antivirales que se utilizan para tratar los herpes son: Acyclovir, Valacyclovir, Famciclovir y Trifluridine.

  • Acyclovir: es un antiviral seguro y efectivo. Se presenta en forma de cremas, pastillas e intravenosos.
  • Valacyclovir: es una pro-droga del Acyclovir, es un poco más efectiva y puede ser utilizada por personas HIV positivas.
  • Famiciclovir: al igual que los antivirales anteriormente mencionados, reduce el tiempo de duración de los cuadros, sobre todo si se suministra durante las primeras 24 horas de la presencia del primer síntoma. Se ha demostrado que reduce los cuadros hasta en un 72%.
  • Tifluridine: es un medicamento en gotas que se utiliza para tratar los herpes en los ojos. Por lo general se administra por unos cuantos días y no se puede recurrir a él como tratamiento en otras partes del cuerpo.

Puede ocurrir que las personas sometidas a tratamientos supresivos, en algún momento presenten resistencia a los medicamentos anteriormente mencionados. En estos casos suele utilizarse el Foscarnet, un fármaco por vía intravenosa.

Cuando aparecen los herpes es indispensable visitar a nuestro médico para que pueda evaluar el caso de forma individual e indicar el tratamiento correspondiente. También es importante mantener las zonas afectadas limpias y secas para que no empeore la situación.