Algunas personas piensan que si se cepillan los dientes a diario no necesitan hacerse una limpieza profesional. ¿Crees que están en lo correcto?
Aunque los cuidados en casa son la base de una buena salud oral, por desgracia sólo con esto no es suficiente. Por muy rigurosos que seamos con nuestra higiene dental, siempre hay lugares de la boca, como los espacios interdentales, donde es difícil llegar con el cepillado. Por esta razón, además de lavarte los dientes cada día y de usar hilo y enjuague dental, es importante que acudas periódicamente a tu clínica dental de confianza para realizarte una limpieza profesional.
¿En qué consiste una limpieza dental profesional?
La profilaxis o limpieza dental profesional es un tratamiento odontológico complementario al cepillado diario. Su finalidad es eliminar el sarro y la placa bacteriana que se va acumulando en la boca y que, si no se trata tiempo, puede dar lugar a enfermedades dentales, como la caries, la gingivitis o la periodontitis.
Todas las personas desarrollan placa bacteriana, incluso aquellas que tienen buenos hábitos de higiene dental.
El sarro son colonias de bacterias que al entrar en contacto con la saliva se calcifican y solidifican, adhiriéndose fuertemente al esmalte dental. Una vez que el sarro se ha instalado en la dentadura ya no es posible deshacerse de él con el cepillado o con remedios caseros, la única solución es hacer una visita al dentista para que examine nuestra boca y ponga fecha para una limpieza profesional.
¿Por qué no deberíamos descuidar las limpiezas en el dentista?
Porque el sarro no es solamente una cuestión de estética. Su acumulación progresiva favorece el desarrollo de la gingivitis o inflamación de las encías y de la enfermedad periodontal que daña las estructuras que dan soporte a los dientes provocando su pérdida. En los casos más graves la periodontitis puede causar también la pérdida de hueso, por lo que estos pacientes no serían aptos para la colocación de implantes en un futuro.
Además, varias investigaciones actuales relacionan la acumulación de bacterias en la boca con el desarrollo enfermedades sistémicas como la diabetes o problemas cardiovasculares.
¿Cómo se realiza una limpieza dental profesional?
Las limpiezas profesionales deben ser practicadas siempre por higienistas dentales titulados y colegiados. Los auxiliares de la clínica no pueden realizar este procedimiento, aunque es posible que, en ausencia del higienista, el dentista ocupe su lugar (también están capacitados para hacerlas).
Para desprender el sarro se utiliza un instrumento de ultrasonidos que vibra al entrar en contacto con el diente, y agua a presión. Al finalizar, se realiza un pulido de la dentadura con un cabezal de goma y pasta especial.
Es un tratamiento sencillo que suele durar 30 – 45 minutos y que no ralla el esmalte dental. Suele ser indoloro, aunque los pacientes con sensibilidad dental podrían experimentar algunas molestias.
¿Es lo mismo la limpieza profesional que el blanqueamiento dental? ¿y que el curetaje?
No, no debemos confundir las limpiezas profesionales con los tratamientos de blanqueamiento dental. La limpieza elimina el sarro y las manchas extrínsecas, es decir, las manchas de café, té, vino o tabaco que tiñen el diente. Pero no puede modificar el color de la dentina. Esto sólo puede conseguirse con un tratamiento de estética dental como el blanqueamiento y la colocación de carillas de porcelana o composite.
Tampoco debe confundirse con la técnica del curetaje o raspado radicular. Las limpiezas dentales eliminan el sarro supragingival que está por encima de las encías, mientras que el curetaje elimina el sarro subgingival que está bajo la línea de las encías. Este último es un procedimiento doloroso que se realiza bajo anestesia local.
¿Cuál es la frecuencia ideal para las limpiezas dentales profesionales?
La frecuencia limpiezas dentales debe ser determinada por el odontólogo, teniendo en cuenta necesidades individuales de cada paciente. Por lo general, se recomienda realizar una limpieza profesional como mínimo una vez al año, aunque lo ideal sería hacerlo cada seis meses. Además, los pacientes que llevan ortodoncia convencional (brackets) deben ser más cuidadosos con su higiene dental y acudir con regularidad a la consulta del dentista para que revise el estado de la boca y paute las limpiezas necesarias.