El PSOE ha coordinado una nueva propuesta sobre la regulación del uso terapéutico del cannabis. Desde el pasado martes, se abrió un plazo de diez días para que los grupos parlamentarios negocien sobre este texto legal que tendrá que ser aprobado por la cámara el próximo 23 de junio. Según lo dispuesto, queda totalmente prohibido el consumo directo (en forma de cogollos) y su uso se limita a la autorización de la Agencia Española del Medicamento.


Los fármacos elaborados con cannabis se distribuirán exclusivamente a pacientes que sufren esclerosis múltiple, algunas formas de epilepsia y dolores neuropáticos y será la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) el organismo encargado de regular la forma en la que se puedan prescribir y dispensar estos productos en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

Esta propuesta ha abierto de nuevo el debate sobre el uso terapéutico del cannabis (recordemos que España sigue siendo todavía uno de los pocos países de la Unión Europea que aún no ha regulado su uso medicinal). La utilización del cannabis y sus derivados con fines medicinales es legal en Holanda y también está aprobada por la FDA de Estados Unidos para el tratamiento de náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia en pacientes oncológicos que no responden a otros tratamientos.

El cannabis como planta medicinal.

Las referencias más antiguas al cannabis las encontramos en la medicina tradicional china, en un antiguo tratado donde se mencionan sus propiedades analgésicas en la menstruación y para aliviar los dolores del parto. La planta también se nombra en los Vedas sagrados, textos que forman parte del sistema de escrituras del hinduismo (entre el 1500 y el 1200 a.C.) donde se afirma que es una hierba sagrada relacionada con el dios Shiva. Los griegos y romanos la utilizaron como analgésico mezclándola con opio, en fórmulas que luego fueron recogidas por los médicos medievales árabes.

Además de su uso medicinal, el cannabis se empleó también para fabricar papel, como combustible o en la industrial textil (los primeros vaqueros o blue jeans estaban confeccionados con telas de cáñamo indiano).

Los compuestos psicoactivos del cannabis.

Los cannabinoides son los componentes aromáticos policíclicos derivados de la planta del cáñamo. Los constituyentes psicoactivos de los cannabinoides son los tetrahidrocannabinoles que se encuentran en todas las partes de la planta, pero en especial en las flores. Partir de las secrecciones resinosas que expulsa la planta se obtiene el hachís, la grija, el kif y el charas. La marihuana, el bhang y la ganja se elaboran usando las hojas y los tallos secos de la planta.

Según un informe de la OMS, el cannabis es la droga más consumida en el mundo. Se calcula que en los países occidentales un tercio de la población la ha consumido alguna vez. En los países en desarrollo como la India o Jamaica, su consumo se extiende a casi la totalidad de la población.

¿Cómo actúa el cannabis sobre el sistema nervioso?

El cannabis es un depresor del sistema nervioso central similar a las benzodiacepinas y barbitúricos, excepto que da lugar a hiperreflexia, un rasgo propio de estimulantes psicomotores como las anfetaminas. Por sus efectos distorsionadores de la percepción de la realidad, se asemeja a los alucinógenos como la dietilamida del ácido lisérgico.

A largo plazo, puede provocar síntomas como bronquitis, enfisema pulmonar, papiloma en labios, carcinoma de pulmón, alteraciones cardiocirculatorias, inmunodepresión, oligospermia, trastornos gastrointestinales y otros.

Uso terapéutico del cannabis.

Se han descubierto dos tipos de receptores del THC en el organismo: CB1 y CB2. El primero está presente en toda la escala vertebrada insertado en la membrana plasmática en la que se une tanto al THC como a los cannabinoides endógenos. La distribución de los receptores para cannabinoides se relaciona adecuadamente con los efectos farmacológicos producidos por estos compuestos.

Los cannabinoides activan la fosfolipasa que aumenta la liberación de ácido araquidónico, precursor de los eicosanoides, compuestos que producen diversos efectos sobre la función cerebral: aumento del ritmo cardíaco, alteración de la percepción del tiempo y la euforia subjetiva que aparece tras el consumo de cannabis.

En la Antigüedad el cannabis se usaba como sedante o narcótico. En la actualidad se consideran los siguientes usos terapéuticos: antiemético en pacientes sometidos a quimioterapia, analgésico, relajante muscular, estimulante del apetito y tratamiento del glaucoma.

El THC es el principal cannabinol activo existente en la planta Cannabis sativa. Al ser administrado por vía oral se absorbe en un 90-95%, aunque sólo el 10-20% llega a la circulación sistémica a causa del metabolismo de primer paso y a la elevada solubilidad en lípidos.

Los efectos adversos más habituales se producen en el SNC y están relacionados con la dosis: son somnolencia, pérdida de raciocinio, euforia y reacciones paranoicas.

El THC está aprobado por la FDA en el tratamiento de náuseas y vómitos inducidos por la quimioterapia en personas que no responden a otros tratamientos. Recientemente se ha autorizado en Holanda el uso terapéutico de Nabilone, un cannabinoide sintético utilizado en dosis de 1-2 mg dos veces al día. Por el momento, en España no está autorizado su uso terapéutico.

Principios activos del cannabis:

  • Cannabinoides, principalmente delta-9-tetrahidrocanabinol (delta-9-THC: también denominado dronabinol).
  • Ácido delta-9-THC, delta-8-THC.
  • Cannabidiol
  • Cannabinol

En Holanda los fármacos con cannabis que se dispensan en las farmacias son Bedrocan y SIMM18. Su formulación es desconocida.

¿Quiénes podrían beneficiarse del uso terapéutico del cannabis?

A día de hoy, el uso terapéutico del cannabis aún no ha sido autorizado. Si se aprueba la propuesta de ley, podrían beneficiarse de estos fármacos pacientes que sufren las siguientes patologías:

  • Enfermedades que afectan a la médula espinal.
  • Cáncer y VIH/SIDA
  • Dolores crónicos de origen nervioso.
  • Síndrome de Guilles de Tourette

Debemos aclarar que el cannabis no cura ninguna de estas dolencias, sólo alivia los síntomas cuando otros fármacos fracasan.

Contraindicaciones

El uso terapéutico del cannabis está desaconsejado en algunas circunstancias:

  • Pacientes con trastornos psicóticos.
  • Pacientes con insuficiencia cardíaca, angina de pecho o arritmias.
  • Personas que utilizan maquinaria pesada o que tienen que conducir.

Interacciones con otros medicamentos

El cannabis puede potenciar o reducir el efecto de algunos fármacos.

  • Antidepresivos inhibidores de la serotonina: el THC puede aumentar el efecto de la fluoxetina.
  • Benzodiazepinas: puede aumentar la depresión del sistema nervioso.
  • Barbitúricos: aumentan los efectos depresivos del THC.
  • Antiinflamatorios no esteroideos: la indometacina y el ácido acetilsalicílico reducen los efectos del THC.
  • Etanol (alcohol): puede acelerar el deterioro del sistema nervioso.
  • Opiáceos: aumentan la sedación y la analgesia.
  • Anticolinérgicos: la atropina y la escopolamina pueden aumentar la taquicardia producida por el THC.
  • Teofilina: los cannabinoides aumentan el catabolismo de la teofilina.
  • Disulfiramo: interacciona con el THC produciendo una reacción desagradable para el paciente.

Uso terapéutico del cannabis durante el embarazo y lactancia.

Se desaconseja el uso terapéutico del cannabis durante el embarazo y la lactancia porque el cannabinol puede llegar al feto y también excretarse por la leche materna.

¿Existe riesgo de dependencia?

El riesgo de dependencia es relativamente bajo cuando el cannabis se administra bajo prescripción médica y por un corto periodo de tiempo. En tratamientos prolongados el riesgo mayor y es importante valorar el beneficio/ riesgo antes de tomar una decisión.