El vinagre ha sido utilizado durante siglos como ingrediente en la elaboración cosméticos caseros. Antiguamente se recurría a él para blanquear la piel ya que tener la piel pálida era considerado signo de distinción.


Al igual que los cítricos poseen ácido cítrico, el vinagre contiene un tipo de ácido que es el ácido acético y que le confiere su característico sabor agrio. Este mismo ácido tiene también propiedades purificantes y astringentes que lo convierten en un ingrediente fantástico para las pieles grasas y con tendencia al acné.

Nuestras abuelas utilizaron durante años el vinagre de rosas para secar los granitos y espinillas. Las rosas tienen un alto contenido en antioxidantes que favorecen la regeneración natural de los tejidos cutáneos.

Para preparar vinagre de rosas de uso cosmético necesitas:

  • 100 gramos de pétalos secos de rosas rojas
  • 1/2 taza de vinagre blanco
  • 1 taza de agua de rosas

Deja macerar los pétalos de rosa en el vinagre durante 15 días. Pasado ese tiempo, filtra el vinagre obtenido y añade una taza de agua de rosas.

Una fórmula alternativa al vinagre de rosas consiste en mezclar dos cucharadas de vinagre de manzana, dos cucharadas de agua y dos gotitas de aceite esencial de lavanda. Empapa un algodón en la mezcla y aplica directamente sobre los granitos.

No te recomendamos aplicar el vinagre directamente sobre el cutis sin diluirlo antes con agua o con un hidrolato ya que puede resultar un poco fuerte e irritar tu piel.