Antihistamínicos para aliviar los síntomas de la rinitis alérgica.

Para muchas personas la primavera es la estación más bonita del año; las temperaturas se vuelven más agradables pero el calor no es tan sofocante como en verano, los campos y los jardines comienzan a florecer y la Naturaleza parece despertar de su letargo invernal. Sin embargo la primavera desencadena también una serie de síntomas muy molestos para un grupo de personas de todas las edades: los alérgicos.


La alergia es una reacción exagerada del organismo ante una sustancia que proviene del exterior (el alérgeno) y que llega a nuestro cuerpo a través de los alimentos, las partículas en suspensión que respiramos (como el polen) o atravesando la barrera cutánea en el caso de las picaduras de insectos. Cuando estas sustancias se introducen en nuestro cuerpo, este las reconoce como extrañas y trata de neutralizarlas. En el caso de las personas que no padecen alergia, el proceso pasa casi inadvertido, pero no sucede lo mismo con los alérgicos.

La alergia se produce cuando el sistema inmunitario reacciona a algo que normalmente es inofensivo para la mayoría. Si entra en contacto con una sustancia que el sistema inmunitario considera una amenaza, este responde liberando una sustancia química llamada histamina. La histamina, junto con otras sustancias que libera el organismo, es lo que provoca la reacción alérgica.

Por ejemplo, si eres alérgica a algo que has inhalado, podrías experimentar congestión nasal o irritación ocular. Las personas alérgicas a algún alimento suelen experimentar síntomas en la boca, el estómago o el intestino.

Al llegar la primavera, millones de diminutos pólenes invaden el aire desencadenando reacciones alérgicas en algunas personas; esta afección se llama rinitis alérgica estacional. Los síntomas más frecuentes que causa son: picor en la nariz y en la garganta, irritación ocular, estornudos o congestión nasal.

Para evitar los síntomas de la rinitis alérgica conviene mantener cerradas las ventanas de casa para que no entre el polen y limitar las actividades al aire libre. También conviene lavarse el cabello a diario para eliminar el polen que se ha quedado adherido y que más tarde puede provocar que se manifiesten los síntomas de la alergia.

¿Cómo pueden ayudarnos los antihistamínicos?

Existe un grupo de fármacos llamados antihistamínicos que sirven para reducir o eliminar los síntomas de la alergia. Actúan bloqueando la acción de la histamina, la sustancia química que libera nuestro cuerpo durante las reacciones alérgicas.

Con todo, es necesario tener en cuenta que los antihistamínicos sirven para prevenir los síntomas de la alergia, pero no suelen ser efectivos cuando estos ya han aparecido y son acusados.

Diferentes tipos de antihistamínicos

Los antihistamínicos son los fármacos más recetados entre la población general, y aunque muchos de ellos pueden adquirirse sin receta médica, debe preescribirlos siempre un profesional de la salud, sobre todo si su uso va a ser continuado.

Los hay de primera generación, de segunda generación y de tercera generación, todos ellos con efectos secundarios diferentes. Los de primera generación son la difenhidramina, el dimenhidrinato, la clemastina, la doxilamina o la clorfeniramina. Los de segunda generación más conocidos son la loratadina, la cetirizina, la ebastina y la rupatadina. Los de tercera generación son la desloratadina (metabolito de la loratadina), la levocetirizina (isómero de la cetirizina) y la fexofenadina. Nombres técnicos pero que resultarán muy familiares para quien los toma.

Los de primera generación actúan sobre el sistema nervioso central y pueden provocar somnolencia (la histamina nos ayuda a estar despiertas). Otros síntomas frecuentes son la sequedad en la boca, visión borrosa o estreñimiento.

Los de segunda generación se llaman también “no sedantes” ya que no actúan sobre el sistema nervioso central. Son la mejor opción para las personas que necesitan conducir o realizar otras actividades de la vida diaria que requieran concentración.

Los de tercera generación derivan de los de segunda generación y disminuyen aún más los efectos secundarios. Actúan sobre los picores, el lagrimeo, la irritación ocular, los estornudos o el enrojecimiento de la piel.

Eso sí, todos ellos son tratamientos sintomáticos, es decir, no curan la enfermedad y solamente actúan sobre sus síntomas.

Algunos antihistamínicos para tratar los síntomas de la rinitis alérgica.

Pregunta a tu médico o farmacéutico sobre el uso de los siguientes antihistamínicos.

Rino Ebastel

Es un antihistamínico y descongestivo que está indicado en el alivio de los síntomas nasales y oculares asociados a la rinitis alérgica estacional con congestión nasal en adultos y adolescentes a partir de 12 años. Una sola toma al día, te ayuda a mantener la actividad diaria.

Reactine

Sus comprimidos presentan actividad antialérgica y descongestiva nasal. Son un medicamento indicado para aliviar los síntomas nasales y oculares de la rinitis alérgica estacional, cuando se acompaña de congestión nasal. Contienen cetirizina, que ha demostrado mejorar la calidad de vida de los pacientes con rinitis alérgica estacional, y pseudoefedrina, activo con efecto descongestionante sobre las vías nasales.

Rhinovín gotas

Está indicado para el alivio local y temporal de la congestión nasal de los más pequeños. Contiene xilometazolina como principio activo. La xilometazolina, administrada en forma de gotas en la nariz, produce una constricción de los vasos sanguíneos a nivel local, descongestionando la mucosa nasal.

Rhinospray

Está indicado para el alivio local y temporal de la congestión nasal en adultos y niños a partir de 6 años. Contiene tramazolina hidrocloruro como principio activo y que administrado en la nariz produce una constricción de los vasos sanguíneos a nivel local, descongestionando la mucosa nasal.

¿Qué más debemos saber sobre la rinitis alérgica y el uso de antihistamínicos?

Como acabamos de mencionar, muchos antihistamínicos no tienen receta médica pero esto no quiere decir que debamos tomarlos sin consultar con un profesional de la salud. Para algunos grupos de población pueden estar desaconsejados, por ejemplo, pacientes con enfermedades cardiovasculares, hipertiroidismo o hipertensión arterial. Por lo general, los de segunda y tercera generación suelen tener menos efectos adversos ya que no cruzan la barrera hematoencefálica y por lo tanto no afectan en gran medida al sistema nervioso central. Son estos los que suelen venderse sin preescripción médica.

Por otra parte, debes tener en cuenta que a veces los síntomas de la rinitis alérgica pueden empeorar debido al estrés, ya que el estrés es un factor que altera nuestro sistema inmunológico haciendo que pueda reaccionar fuertemente ante la presencia de los alérgenos, liberando más histamina.

Algunas personas con síntomas leves recurren a la aromaterapia para aliviar los síntomas de la alergia primaveral. La aromaterapia tiene la ventaja de que al no ser un tratamiento médico, no causa efectos adversos y es compatible con el uso de otros medicamentos indicados por un especialista.

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