Cómo ponerse un corset.

Realmente un corset no es una prenda básica de fondo de armario. La mayoría de las veces se utiliza de forma ocasional para un look de fiesta o para un evento especial, aunque también tiene sus seguidoras incondicionales que recurren a él muy a menudo y aún algunas que lo usan a diario. Sea como fuere, lo lleves con frecuencia o sólo de vez en cuando e, incluso, si nunca has lucido un corset, hay algo que no se puede negar y es que son muy bonitos y femeninos.


Los corsets tuvieron su época de máximo esplendor en los siglos XVIII y XIX. En aquella época eran consideradas especialmente atractivas las mujeres con cinturas pequeñas y caderas anchas. Para ello se diseñó una prenda a modo de fajín rodeada en su interior por ballenas de metal que al apretarse contra el cuerpo conseguía reducir considerablemente el contorno de la cintura y moldear así la silueta.

Los corsets antiguos solían ser bastante rígidos y la obsesión desmedida por llevarlos a todas horas y apretarlos cada vez más, fue causa de ciertas enfermedades entre las mujeres como el ahogo y estrés respiratorio, congestión venosa e incluso desplazamiento de los órganos. Por este motivo, dejaron de utilizarse a comienzos del siglo XX dando paso a otra moda femenina más sencilla y confortable. Sin embargo, si los corsets se usan de forma adecuada no tienen por qué causar ningún tipo de problemas, es más, pueden resultar beneficiosos al obligarnos a mantener nuestra espalda recta.

El primer paso, por lo tanto, es elegir el corset que mejor nos queda. Has de saber que hay dos tipos principales de corsets: los que sirven para reducir la cintura y los que no. Estos últimos están fabricados con varillas de plástico, menos resistentes, mientras que los primeros llevan ballenas de acero en espiral para permitir la flexibilidad del cuerpo al mismo tiempo que reducen centímetros. Esto no quiere decir que necesariamente tengan que usarse para este fin. Puedes no apretar demasiado el corset y en este caso lo llevarás como una prenda más con cierta sujección y soporte pero sin su efecto reductor.

Por lo tanto, antes de comprar un corset, debemos medir el tamaño de nuestra cintura. Si queremos solamente la apariencia estética y un poco de sujección, debemos elegir un corset del mismo tamaño que mida nuestro contorno de cintura. Si, por el contrario, queremos reducir (hip training), compraremos un corset entre 8 y 10 cm. más pequeño que nuestro contorno natural de cintura. No es conveniente apretarlo hasta el punto de que produzca algún tipo de molestia (sobre todo si es la primera vez que te los pones).

¿Y cómo colocárselo? Aquí viene la parte complicada ya que estamos acostumbradas a llevar prendas muy cómodas de quita y pon. Ponerte un corset te llevará un poquito más de tiempo y es necesario ser cuidadosa y detallista para que puedas lucirlo a la perfección.

El método es similar al de ajustar los cordones de una zapatilla; sólo que en el corset se utiliza un único cordón largo y es necesario ir desde la parte de arriba y de abajo hacia el centro, donde dejaremos una especie de orejitas de las que iremos tirando hasta que se vaya acomodando a nuestro cuerpo. Para hacerlo bien, tienes que asegurarte de que el corset esté perfectmente extendido antes de ajustarlo a tu figura y colocar bien la tapeta posterior si es que la tiene. Al finalizar el trabajo, haremos un nudo doble en la parte trasera para impedir que el cordón arrastre.

Este videotutorial de Corsets UK nos ha parecido bastante útil y te animamos a echarle un vistazo ya que se explica, además, cómo colocar los corsets por encima del busto que son los que entrañan mayor dificultad.

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