Recomendaciones al comprar aceites esenciales

Si lees a menudo nuestro blog ya sabrás que nos encantan los aceites esenciales. Hoy queremos dar algunos consejos prácticos sobre este tema ya que muchas de vosotras nos habéis preguntado cómo comprar aceites esenciales de calidad o cómo conservarlos después para que no pierdan sus propiedades terapéuticas. Con nuestro artículo de hoy esperamos resolver vuestras dudas sobre su adquisición y conservación.


No todos los aceites esenciales son iguales

Esta es la primera cuestión que debemos tener en cuenta a la hora de comprar aceites esenciales. Existen muchos factores que determinan su calidad y uno de ellos es el procesamiento de la materia prima.

Elegir aceites esenciales de un laboratorio de prestigio nos garantiza que los durante los procesos de cultivo, recolección, destilado y envasado se ha seguido un riguroso control de calidad.

Algunos aceites esenciales que se comercializan a día de hoy están muy diluidos y desnaturalizados, aunque la mayoría de la gente no lo sabe. Es el caso por ejemplo de la esencia de limón deterpenada en la cual se elimina el limoneno (terpeno) para aumentar su periodo de conservación. Con esto se consigue un aceite más duradero, pero aumenta también el riesgo de producir reacciones alérgicas en personas con la piel sensible.

Si a algunos aceites esenciales se les extraen ciertas moléculas (como al de limón), se les añaden emulsionantes químicos o se corrige el color agregándoles colorantes artificiales, esto al final repercute en la calidad y  las propiedades terapéuticas del producto.

Cuando hablamos de una sustancia de origen vegetal, cada etapa del proceso tiene su importancia. Desde la calidad de la materia prima, al método de recolección, procesamiento o forma de conservación.

Una fase crucial en la obtención del aceite esencial es el momento de la destilación. Bajo el efecto del vapor de agua y las altas temperaturas, las moléculas de la planta pasan por diferentes alteraciones. Durante esta etapa son factores muy importantes a tener en cuenta: la calidad del agua, la elección del alambico, la conducción de la calefacción (con una baja presión de 0,05 bares) y la duración de todo el procedimiento. Por ejemplo, en el caso del aceite esencial de tomillo es posible extraer el 75% de la sustancia durante los treinta primeros minutos de destilación, pero la extracción de la totalidad de los fenoles puede demorar hasta una hora. Recordemos que los fenoles son las sustancias que determinan las propiedades antisépticas de este aceite, de modo que sólo un cuidadoso proceso de destilación nos garantiza que tengamos un aceite esencial de calidad, con todas sus virtudes terapéuticas.

Las condiciones de embotellado, almacenamiento y distribución del aceite esencial tienen importancia pero de menor grado.

Conservación de los aceites esenciales

A diferencia de los aceites vegetales grasos, los aceites esenciales 100% naturales no se vuelven rancios. Esto se debe a su alta concentración en antioxidantes.

Se estima que un buen aceite esencial sin adulterar puede conservarse hasta cinco años en buenas condiciones. Pero incluso si utilizamos los aceites esenciales después de la fecha límite de caducidad indicada en el envase, lo único que podría pasar es que el producto haya perdido parte de sus propiedades y no sea tan efectivo. También es posible que percibamos cambios en su aroma debido a que ha comenzado el proceso de oxidación.

No podríamos decir lo mismo de las esencias de cítricos. Este tipo de aceites son muy frágiles y se corrompen fácilmente ante la exposición ambiental y la luz. Pueden durar sin abrir un máximo de tres años pero una vez abiertos su duración es de seis meses a un año.

Si quieres almacenar tus aceites esenciales sin que se deterioren ni pierdan sus cualidades aromáticas, debes tener presente que se trata de sustancias sensibles al calor y a los rayos ultravioleta. Por lo tanto deben guardarse en lugares alejados de la luz y de las altas temperaturas.

Para evitar la pérdida molecular por volatilización, debes minimizar las exposiciones del producto con el aire. Sé cuidadosa al manipularlos y por supuesto asegúrate de mantener los frascos siempre muy bien cerrados.

¡Disfruta de tus aceites esenciales!

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