¿Pasas de las pasas? Te daremos algunas razones para incluirlas en tus comidas.

Las pasas son uvas deshidratadas que se dejan secar al sol o utilizando procedimientos industriales. De esta forma se obtiene un fruto dulce y muy nutritivo, considerado un manjar en la cocina típica de muchos países del mundo.


Se pueden consumir solas o bien emplearlas en guarniciones, ensaladas y repostería. Las hay de muchos colores: marrones, negras, moradas, azuladas o incluso amarillas. Algunas de las variedades más conocidas son la corinto, la sultanina o la flame seedless.

Valor nutricional de las uvas pasas

Al igual que sucede con otras frutas deshidratadas, las pasas concentran muchos de los nutrientes presentes en la fruta fresca.

Tienen un 72% de azúcares (la mayor parte de los cuales son fructosa y glucosa), un 10% de agua, un 3% de proteínas y entre un 3,7% y un 6,8% de fibra. Además, son bajas en sodio y no contienen colesterol.

Si por algo destacan las pasas desde el punto de vista nutricional, es por la gran variedad de minerales que nos aportan: calcio, potasio, hierro y magnesio. Ya hemos visto que los minerales son indispensables para el buen funcionamiento del sistema nervioso y endocrino, así como para conservar unos huesos fuertes.

Por último, las pasas también tienen vitaminas del grupo B y vitamina C (antioxidante) aunque en menor cantidad que la fruta fresca.

Beneficios para la salud

Aunque no se las considera un superalimento ni son las frutas más populares entre los nutricionistas, en los últimos años se han descubierto muchas propiedades saludables en este pequeño manjar.

  • Ayudan a regular la presión arterial: un estudio del Colegio Americano de Cardiología publicado en el Journal of Food Science sugiere que los individuos con la presión arterial ligeramente elevada, pueden reducirla gracias a la ingesta diaria de pasas.
  • También son buenas para los diabéticos: la sustitución de aperitivos poco saludables por uvas pasas, puede mejorar los biomarcadores en pacientes con diabetes tipo 2.
  • Son buenas para los deportistas: constituyen una fuente de energía de calidad ya que la mayor parte de su aporte calórico viene de la fructosa, un azúcar natural presente en las frutas y que se absorbe de forma muy rápida por parte del organismo (no requiere de insulina para que el cuerpo pueda utilizarla).
  • Ayudan a combatir la anemia: gracias a su contenido en hierro y cobre, dos minerales imprescindibles en la formación de glóbulos rojos.
  • Reducen la acidosis del cuerpo: en virtud a su aporte de magnesio y potasio, dos poderosos antiácidos naturales.
  • Ayudan a prevenir la osteoporosis: son ricas en calcio y boro, este último, un micronutriente necesario para fijar correctamente el calcio en los huesos.
  • Contribuyen a prevenir el estreñimiento y garantizar un tránsito intestinal regular: contienen fibra soluble, un nutriente esencial para el buen funcionamiento del intestino.

¡Ya lo sabes! Si no te gustan las uvas de mesa, puedes disfrutar también de este delicioso aperitivo que no sólo enriquece tu paladar, sino también tu salud.

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