Muchas veces nos preguntáis cómo fabricar aceites esenciales en vuestra propia casa para así aprovechar todas sus virtudes cosméticas y medicinales en cualquier momento del día.

Los aceites esenciales se extraen de las flores, hojas, tallos, frutos, raíces o de las semillas de las plantas aromáticas (algunas veces también se obtienen de las cortezas y maderas).

Una vez que hemos obtenido el aceite esencial, podemos darle usos muy variados: masajes, tratamientos de spa, cuidado facial y del cabello o incluso inhalar su aroma para relajarnos incorporándolo en difusores o quemadores de esencias.

Técnicas de elaboración de los aceites esenciales

Como os comentamos hace algún tiempo, existen varios métodos para la obtención de los aceites esenciales.

Uno de los más conocidos es la destilación. En él la planta se hierve o se somete al vapor. El calor hace que el aceite de la planta se libere, y al pasar por un condensador junto al vapor de la cocción y enfriarse después el agua, el vapor se vuelve líquido y el aceite flotará sobre su superficie, donde lo podremos retirar fácilmente.

Otro método es la extracción. Puede ser utilizado con las partes blandas de la planta como las hojas o los pétalos. Para ello se utiliza un disolvente y una vez obtenida la esencia de la planta, se elimina la humedad y se consigue así su extracto.

Por último tenemos también la técnica del enfleurage (una de las más antiguas que se conocen). Consiste en cubrir con grasa unas láminas de vidrio y después esparcir sobre ellas las flores secas de las plantas a tratar. Las láminas se mantienen apiladas unas sobre otras de 7 a 10 días, para que las esencias sean absorbidas por las grasas. Cuando se llega al punto de saturación, se recoge la grasa que se licúa con el alcohol durante varias horas para obtener la esencia.

Pasos para obtener los aceites esenciales en casa

Empezaremos, a modo de ejemplo, por explicar la obtención del aceite esencial de limón que como ya sabéis tiene un gran poder medicinal y otras virtudes: es diurético, desinfectante, sebo-regulador…

Lo obtendremos mediante destilación al vapor y para ello usaremos la corteza de un limón, aceite de oliva y un recipiente que soporte temperaturas elevadas.

Pon una cacerola con agua a calentar. Después pela un limón y reserva su corteza o cáscara para añadirla al agua caliente dos o tres minutos.

En un recipiente limpio, añade aceite de oliva virgen hasta que cubra la mitad del recipiente. Cuando la cáscara de limón tiña el agua de color amarillo, retírala y añádela al recipiente sin el agua. Cierra bien el frasco y déjalo al baño maría durante 2 ó 3 horas. Luego retíralo del fuego y deja que repose durante 24h.

También puedes utilizar los aceites esenciales para masajes. Para ello debes mezclar unas gotas de aceite esencial con otro aceite base, por ejemplo aceite de almendras, aceite de jojoba o aceite de oliva. Mézclalo bien y utiliza el aceite obtenido para masajear tu cuerpo.

Algunos aceites esenciales como el aceite de lavanda o de sándalo, son perfectos para relajarnos y renovar energías. Puedes utilizar para ello un difusor. Otra posibilidad consiste en calentar la esencia elegida en agua durante 30 minutos. Luego coloca la mezcla en un frasco destapado y colócalo en el lugar que quieras aromatizar.

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