El silicio es uno de los minerales utilizados con mayor frecuencia en la industria cosmética. Si sueles aplicarte cremas reafirmantes, seguramente verás este ingrediente en su composición. Está naturalmente presente en todos los tejidos del cuerpo humano como los huesos, los músculos o la piel, pero con el paso de los años, nuestro organismo va produciéndolo en cantidades menores.

Una de las propiedades más importantes del silicio es que ayuda a sintetizar los glicosaminoglicanos y los poliurónicos, regenerando las fibras de colágeno deterioradas y estimulando la formación de ácido hialurónico.

Podemos aprovechar las virtudes del silicio para embellecer nuestra piel de dos formas posibles: usando cremas que lo contengan y, de forma más intensa, recurriendo a tratamientos de belleza con silicio para reducir la celulitis y la flacidez.


En el campo de la medicina estética el silicio suele administrarse mediante la técnica de la mesoterapia. Algunas veces se usa en combinación con otras sustancias como el plasma rico en plaquetas, para incrementar la eficacia de sus principios activos.

Existen principalmente dos métodos para introducir el silicio en nuestra piel:

  • Técnica retro-trazadora: se introduce la aguja paralelamente a la dermis y se aprieta el émbolo mientras se retira poco a poco para distribuir mejor la sustancia.
  • Multi-punción: la aguja se introduce de forma perpendicular a la piel depositando el producto gota a gota. Son necesarios varios pinchazos.

El efecto del tratamiento dura unos tres meses. La piel queda más firme, suave e hidratada. A partir de este tiempo, se recomienda hacer sesiones de mantenimiento cada 6 ó 8 semanas para mantener los resultados.