Dietas macrobióticas, frutas y verduras de cultivo ecológico… la comida «healthy» tiene cada vez más seguidoras en el mundo. Pero ¿de qué depende la calidad de un alimento?

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¡Muy sencillo! Un alimento tendrá más calidad de otro dependiendo de su valor nutricional y de su mayor o menor deterioro.

Los alimentos pueden deteriorarse por factores físicos como la exposición solar, la cocción a temperaturas muy elavadas que destruyen las vitaminas, etc.

Pero sin duda, el tipo de deterioro más serio que puede sufrir un alimento es la contaminación biológica. Esto quiere decir, invasión por microorganismos (hongos, virus y bacterias) como la bacteria E-Coli, la salmonela, el Staphylococcus aureus (causante de la gastrointeritis) o el Clostridium botulinum (que provoca el botulismo), entre otros.

¿Por qué se contaminan los alimentos?

Las causas más frecuentes son:

  • Dejar los alimentos a temperatura ambiente y recalentarlos después, ya que no se alcanza la temperatura necesaria para destruir determinadas bacterias patógenas.
  • Alimentos contaminados que no se han lavado adecuadamente.
  • Un inadecuado proceso de congelación, o que se haya roto la cadena del frío en algún momento antes del consumo.
  • Que el manipulador sea portador de gérmenes patógenos.

¿Cómo conservar los alimentos para que no se contaminen?

Existen varios métodos.

Lo más usual es conservar los alimentos en frío. Si vamos a consumirlos en pocos días, bastará con refrigerarlos. En cambio si vamos a tardar un período considerable de tiempo en comérnoslos, debemos congelarlos sí o sí. Para que el proceso de congelación se realice en óptimas condiciones, debe ser rápido y a una temperatura muy baja (–18ºC o inferior).

Algunos vegetales mejoran su conservación cuando se escaldan antes de congelarlos. Limpia las verduras y sumérgelas en agua hirviendo. Después, envásalas en bolsas de congelación al vacío, indicando la fecha.

Otras formas, menos usuales, de conservar los alimentos son la salazón y el ahumado (en el caso de las carnes), el escabechado (para carnes y pescados) o la adición de azúcares (mermeladas, compotas…).

Fuera de estos métodos caseros de conservación, la industria alimentaria recurre a otras fórmulas; por ejemplo: deshidratar los alimentos, irradiación, envasado al vacío o aditivos alimentarios (colorantes, conservantes, estabilizantes). Es posible que en estos procesos de manipulación se destruyan algunas vitaminas y por lo tanto se pierda parte de su valor nutricional.

¿Cuánto duran los alimentos en óptimas condiciones de conservación?

  • Pescado: si es fresco, debe consumirse en el día. En cambio, el pescado congelado puede guardarse en el congelador varios meses.
  • Carne: la carne fresca puede refrigerarse en el frigorífico 5-7 días (exceptuando la carne picada que debe consumirse en el día). La carne congelada se conserva en el congelador varios meses. Los embutidos desecados o en salazón (lomo, salchichón, etc.) pueden estar fuera del frigorífico, pero si ya han sido cortados se recomienda refrigerarlos también.
  • Leche y yogures: deben guardarse siempre en el frigorífico. La leche pasteurizada, una vez abierta, debe consumirse en un máximo de 48h.
  • Legumbres: si se aislan del calor, pueden guardarse durante bastantes meses en la despensa. Eso sí, los envases deben estar bien cerrados.
  • Huevos: deben refrigerarse y consumirse antes de 15 días. Un huevo fresco presenta una cáscara íntegra, sin rugosidades, con una clara transparente, y una yema firme.
  • Conservas: si no han sido abiertas no necesitan refrigeración. Eso sí, conviene apartarlas de las temperaturas elevadas.