Todas sabemos que la función principal de las pestañas es la de proteger nuestros ojos contra el polvo y las partículas externas.

Cada ojo posee una media de 200 pestañas que, al igual que el cabello, nacen, crecen y se desarrollan en un bulbo.

El ciclo de vida aproximado de una pestaña es de 3 a 5 meses, pero cuando cae, ya hay otra formándose.

El color de las pestañas casi siempre es el mismo que el color del cabello, y al igual que sucede con éste, pueden encanecerse con la edad.

La raíz y el bulbo piloso son las partes más frágiles de la pestaña. Pueden dañarse debido al estrés, la mala alimentación o los maquillajes de baja calidad.

Además, las pestañas del párpado superior son más largas y numerosas que las del párpado inferior ya que funcionan como pequeñas antenas que producen un parpadeo reflejo cuando alguna partícula extraña se aproxima a la córnea.

Según explica el oftalmólogo Régis Declerck, las pestañas pueden sufir las mismas afecciones capilares que nuestra melena o tener las mismas causas de caída. Suelen infectarse de los mismos hongos y bacterias que tenemos en la piel y el cuero cabelludo (en este caso aparecerá un orzuelo) o presentar micosis, calvicie…

Para el Dr. Declerck, los productos cosméticos de hoy en día pasan controles muy estrictos y es difícil que nuestras pestañas se infecten por alergias al rímmel o al maquillaje.

Con todo, debemos ser cautelosas a la hora de elegir nuestro maquillaje de ojos y comprobar siempre que sea hipoalergénico y esté oftanmológicamente testado.

Renueva tu máscara de pestañas abierta cada tres meses y limita el uso de cosméticos waterproof ya que tienen sustancias fijadoras que se adhieren fuertemente al pelo de la pestaña.

Por último nunca nos cansaremos de repetirte lo importante que es desmaquillarnos bien el rostro antes de ir a dormir. Piensa que el pelo de las pestañas es más fuerte de lo que imaginas, pero igualmente debemos cuidarlas y adoptar buenos hábitos a la hora de manipularlas ya que de ellas depende la salud de nuestros ojos.