El cardo mariano (Silybum marianum) es una planta herbácea que pertenece a la familia de las asteráceas. Es originario del Mediterráneo, aunque actualmente se encuentra en muchas regiones del mundo. Sus hojas se utilizan para hacer ensaladas y el fruto de la flor tostado sirve como sustituto del café.


Además, el cardo mariano se conoce desde hace más de 2.000 años como planta medicinal para el tratamiento de trastornos hepáticos y biliares. Los antiguos griegos y romanos lo usaron como remedio contra las mordeduras de serpiente. Plinio el Viejo (siglo I d.C.) también mencionó su utilidad como productor de bilis y el herborista inglés Culpepper (1616 – 1654) lo recomendaba en casos de ictericia y litiasis biliar.

La parte de la planta que se usa con fines medicinales son las semillas o asquenios que poseen un alto contenido en flavonoides y flavonolignanos (fenoles naturales formados por flavonoides y lignanos). Los principales son: silidianina, silicristina y silibina que se unen en un complejo hepato-protector conocido como silimarina.

¿Para qué sirve la silimarima presente en el extracto de cardo?

El principio activo del extracto de cardo o silimarina se ha investigado con los avances de la medicina moderna confirmando muchos de sus beneficios saludables.

 

 

Apoya la función del hígado.

Se utiliza en el tratamiento de diferentes enfermedades hepáticas como hepatitis, cirrosis o hígado graso. Protege al hígado del daño inducido por sustancias tóxicas como el alcohol o la nicotina y acelera la regeneración celular de los hepatocitos al estimular la producción de enzimas que intervienen en la síntesis de su ADN.

Acción desintoxicante

La silimarina tiene diez veces más capacidad antioxidante que la vitamina E. Por esta razón se piensa que puede ser útil en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Favorece el tránsito intestinal.

El extracto de cardo mariano actúa como un laxante suave ayudando a combatir el estreñimiento ocasional.

Reduce el colesterol.

Un estudio publicado en 2006 afirma que hay indicios de que la silimarina ayuda a reducir el colesterol malo LDL aunque se necesitan más pruebas al respecto.

Previene la formación de cálculos biliares.

Aumenta la producción de bilis evitando así la formación de cálculos en la vesícula biliar. Sin embargo, la litiasis biliar puede estar influenciada por múltiples factores como la genética, la dieta y el estilo de vida de modo que los suplementos de plantas medicinales son tan sólo una ayuda.

Mejora la resistencia a la insulina.

Una investigación en roedores sugiere que el extracto de cardo mariano mejora la resistencia a la insulina, por lo que podría ser un coadyuvante natural en el tratamiento de la diabetes tipo 2. También tiene un efecto hipoglucemiante y reduce los niveles altos de glucosa en sangre.

Mejora la apariencia de la piel.

Por sus propiedades antiinflamatorias mejora el aspecto de la piel con psoriasis o eccemas.

Apoyo en los tratamientos contra el cáncer.

Diferentes estudios realizados por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos confirman que la silimarina potencia los efectos del cisplatino y la doxorrubicina (fármacos contra el cáncer) inhibiendo la actividad de las células tumorales en el cáncer de ovario y de mama.

¿Cómo tomar extracto de cardo (silimarina)?

El extracto de cardo se suele tomar por vía oral en forma de cápsulas y comprimidos. No existe una dosis estándar, aunque lo habitual es tomar entre 300 y 600 mg al día.

Cardo Mariano Cápsulas 2000 mg por Poción - 180 Cápsulas Veganas - 80% de Silimarina

Cardo Mariano Cápsulas 2000 mg por Poción - 180 Cápsulas Veganas - 80% de Silimarina

A diferencia de otros suplementos alimenticios, nuestro cardo mariano tiene una potencia de 2000 mg por porción diaria, de los cuales el 80% es silimarina.
16,99€
Comprar en Amazon
Precio a la hora de escribir este artículo (Precio incl. tasas, condiciones de envio en Amazon)

¿Cuáles son sus efectos secundarios?

La silimarina no produce efectos secundarios graves, pero es mejor evitarla durante el embarazo y lactancia por falta de pruebas.

Los efectos adversos más graves encontrados hasta la fecha consisten en náuseas o flatulencias. En dosis excesivas puede provocar diarrea.