¿Tu gel de ducha te irrita la piel? Casi nadie se detiene a leer la composición de los productos de higiene facial y corporal de uso diario, pero lo cierto es que muchos geles de baño que podemos encontrar en el supermercado o en perfumerías tienen parabenos o sulfatos en su composición que pueden desencadenar reacciones alérgicas en personas con la piel sensible o en los niños.


Cuando nos damos una ducha caliente nuestros poros se abren absorbiendo gran parte de las sustancias químicas que aplicamos sobre la piel. Al mismo tiempo, el calor del baño hace que se vaporicen el 70% de los componentes que contienen estos productos, pasando así en cantidades muy pequeñas a nuestros pulmones.

Por estos motivos es importante analizar la composición de los productos de higiene que usamos a diario.

¿Cuáles son los componentes básicos de un gel de ducha?

Los jabones y geles de ducha presentan estas sustancias en su composición:

Agua destilada

Actúa como un disolvente para los componentes oleosos.

Tensioactivos

Arrastran la grasa y suciedad de nuestro cuerpo. Están presentes en todos los productos de higiene corporal y gracias a ellos nuestro gel de ducha forma abundante espuma al entrar en contacto con el agua.

Los tensioactivos químicos fueron descubiertos en la primera mitad del siglo XX y pronto reemplazaron los métodos de fabricación del jabón tradicional, aunque hoy en día también se producen tensioactivos a partir de fuentes naturales, siendo ampliamente aceptados en cosmética natural y bio.

Todos los tensioactivos se componen de una parte hidrófuga y de una parte hidrófila o soluble en agua. Según sus reacciones químicas y su estructura molecular se clasifican en iónicos (aniónicos, catiónicos y anfóteros) y no-iónicos.

Los tensioactivos más habituales son los aniónicos que destacan por su acción espumante mientras que los no-iónicos son más suaves y humectantes.

Aproximadamente se consumen en el mundo unos 6000 millones de toneladas de compuestos tensoactivos cada año, de los cuales un 33% corresponde a jabones de uso doméstico. Los tensioactivos químicos son sustancias no-biodegradables que causan un impacto medioambiental elevado y además pueden ser perjudiciales para la salud de tu piel ya que modifican su pH natural. Por este motivo, lo ideal es usar siempre productos de higiene corporal con tensioactivos naturales como la glicerina, Lauril sulfato (detergente y espumante) y otros de origen vegetal como el Cocoil Glutamato de sodio.

Humectantes

Aquí se incluirían los aceites con propiedades emolientes que cumplen la función de hidratar y suavizar nuestra piel. Podemos emplear aceite de almendras, aceite de jojoba, aceite de coco, aceite de aguacate… Todo depende de las necesidades específicas de nuestra epidermis y del tipo de gel que queramos crear.

Antisépticos y conservantes

En cosmética natural se utilizan aceites esenciales con propiades antifúngicas y bactericidas como el aceite de árbol de Té, el aceite esencial de limón o de pomelo.

Otros componentes

La mayoría de geles de ducha comerciales contienen algún tipo de fragancia. Las sustancias químicas empleadas en la elaboración de estas fragancias puede irritar la piel sensible. Si te propones preparar tu propio gel de ducha casero, puedes sustituirlas por aceite esencial de lavanda, aceite esencial de mandarina o cualquier otro que te guste.

Algunos jabones y geles de ducha comerciales tienen partículas exfoliantes para desincrustar impurezas. Muchas de ellas son microplásticos que contaminan el océano. En la elaboración de tu gel de ducha casero puedes emplear sales del mar muerto, semillas, avena o azúcar de caña.

Algunas recetas para preparar un gel de ducha casero.

Apúntate estas sencillas recetas y comienza a cuidar tu piel y el medioambiente sustituyendo tus jabones y geles industriales por otros de fabricación artesanal.

Gel de ducha casero con glicerina para todo tipo de piel.

Necesitas:

Preparación:

  1. Coloca los 2 litros de agua en una cacerola al fuego hasta que llegue a ebullición.
  2. Corta trocitos muy finos del jabón de glicerina y añádelos al agua caliente.
  3. Baja el fuego y deja que se disuelvan poco a poco, removiendo continuamente con una espátula de madera.
  4. Cuando la mezcla haya obtenido una consistencia homogénea y cremosa, retira la cacerola del fuego y deja que se entibie.
  5. Finalmente añadiremos las veinte gotitas de aceite esencial de lavanda, removiendo de nuevo para que se integren.
  6. Una vez que la mezcla se haya enfriado, vierte su contenido en una botella de cristal limpia y guarda tu gel de ducha casero en una despensa o en tu mueble del baño.

Gel de ducha casero con menta y lima para la piel grasa.

Para esta receta empleamos aceite esencial de menta y de lima, ambos con propiedades antisépticas y sebo-reguladoras.

gel de ducha casero con aceite esencial de menta y lima

Como tensioactivos naturales utilizamos glicerina vegetal (hidratante y emulsionante) y Plantapon que es un tensioactivo natural obtenido del aceite de coco y de palma (que pese a producir colesterol si lo consumimos en exceso, no resulta perjudicial en sus usos cosméticos).

Necesitaremos:

Preparación:

  1. Pesa todos los ingredientes e introdúcelos en un recipiente limpio (menos el ácido láctico).
  2. Cuando ya esté todo mezclado, comprueba el pH de tu gel de ducha casero utilizando los papeles medidores.
  3. Añade gota a gota el ácido láctico hasta que tu gel llegue al 5.5 de pH recomendado.
  4. Envasa el producto en un bote con dosificador y agita un poco tu gel cada vez que vayas a usarlo.

Gel de ducha casero con extracto de avena para la piel seca

Necesitas:

Preparación:

  1. Pesa todos los ingredientes.
  2. Funde el jabón base al baño María.
  3. Añade el resto de ingredientes y remueve hasta que quede todo perfectamente integrado.
  4. Envasa tu gel de ducha casero en un bote con dosificador.

Estas son algunas de mis recetas favoritas para elaborar un gel de ducha casero, libre de sulfatos, respetuoso con la piel y con el medioambiente. ¡Anímate a probarlas!