Estamos en los meses más fríos del año. Lo normal en esta época es abrigarse mucho y cerrar las puertas y ventanas de la casa para que no se escape el calor. Si además de esta medida sigues los consejos que te daremos a continuación, conseguirás mantener el calor corporal durante más tiempo dentro y fuera del hogar.


Vístete por capas.

Las capas de ropa superpuestas aislan el frío de tu cuerpo. Sobre todo, evita el contacto directo con la lluvia o la humedad de exterior. Utiliza paraguas o chubasqueros con capucha para protegerte.

No utilices ropa de algodón en climas fríos.

El algodón absorbe el sudor del cuerpo y lo mantiene cerca de la piel enfriándote. Opta en su lugar por prendas de poliéster o lana ligera.

Mantén las manos y los pies bien abrigados.

El calor corporal se escapa a menudo a través de los pies o de las manos. Es hora de incorporar en tu guardarropa complementos como guantes, bufandas y medias gruesas.

Consume alimentos ricos en carbohidratos.

Como las legumbres, cereales y frutos secos. Estos alimentos te darán la energía suficiente para entrar en calor rápidamente.

También es importante beber mucho líquido ya que al sudar nos deshidratamos sin darnos cuenta. Una buena idea es tomar más caldos calientes e infusiones para aumentar tus defensas en invierno.

Evita los cambios bruscos de temperatura.

Pasar del calor de las calefacciones al frío de la calle no es nada aconsejable. El cuerpo se vuelve más vulnerable a infecciones y virus ya que debe adaptarse a la alteración climática. Este proceso incide también en nuestro sistema inmunológico, especialmente en el sistema respiratorio.

Recuerda que algunos signos de alerta de la hipotermia son: hormigueo en las extremidades, entumecimiento, enrojecimiento de la piel, picazón o temblores. La hipotermia puede afectarnos de forma inmediata y los efectos a corto plazo pueden ser muy dañinos para la salud. Si notas alguno de estos síntomas, trata de buscar cuanto antes una fuente de calor, abrígate y comienza a moverte. Ten en cuenta que las personas ancianas son más vulnerables a las bajas temperaturas y necesitan extremar la protección ante el frío.