La fascitis plantar es la dolencia del talón más común entre los runners (afecta al 25% de los corredores) aunque también puede darse en personas que no practican ningún deporte.


Antes de explicar qué es la fascitis plantar debemos conocer cómo es la estructura del pie donde se origina el trastorno. En la planta del pie existe una banda gruesa de tejido conectivo, la fascia plantar, que se extiende desde el talón hasta los tendones del antepié y las falanges proximales de los dedos del pie.

La fascia plantar tiene una importante función al caminar ya que mantiene el arco plantar en su lugar y absorbe el impacto de la pisada. Además, protege el metatarso, impidiendo la flexión excesiva de los dedos. También está conectada con el tendón de Aquiles a través del paratenon, dando continuidad a la cadena posterior formada por el tríceps sural (soleo y gemelos).

Por diversas razones, la fascia plantar puede inflamarse dando lugar a la dolencia que conocemos como fascitis plantar.

Es un tipo de lesión muy común en deportistas y personas con trabajos que obligar a estar largas jornadas de pie.

Causas comunes de la fascitis plantar.

  • La causa más habitual de la fascitis plantar es una sobrecarga o tensión excesiva en la fascia plantar provocada por actividades que implican caminar, estar de pie durante mucho tiempo o correr. Aparecen entonces unas pequeñas microrroturas en el tejido fibroso que conducen a un proceso inflamatorio.
  • Otra causa habitual son los cambios en la biomecánica del pie. Por ejemplo, si existe retracción del tendón de Aquiles, la fascia se estira de manera anormal hasta el punto de inflamarse.
  • Otro motivo por el cual puede presentarse la fascitis plantar es el uso de un calzado inadecuado. Si el zapato no se ajusta bien al pie puede cambiar la distribución del peso al caminar.
  • También existen factores de predisposición. Los deportistas pronadores o con el pie plano tienen más probabilidades de sufrir esta lesión. El peso corporal también influye y las personas obesas tienen un riesgo elevado de desarrollarla, debido a la presión excesiva sobre la planta del pie.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas comunes de la fascitis plantar incluyen dolor en el talón o la parte inferior del pie, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o después de períodos prolongados de descanso. El dolor es agudo y punzante y suele mitigar con el movimiento y regresar al realizar actividades que implican soportar peso: estar de pie, saltar, correr, etc.

Si sospechas que tienes fascitis plantar es importante acudir al podólogo cuanto antes para obtener un diagnóstico y descubrir qué es lo que está ocasionando el problema.

Si la fascitis plantar no se trata a tiempo, puede convertirse en una lesión crónica. Además, la modificación de la pisada puede influir en la mecánica del resto del cuerpo, provocando dolor en otras zonas como la cadera o la rodilla.

Tratamiento de la fascitis plantar.

Los tratamientos de preferencia para la fascitis plantar son el farmacológico (antiinflamatorios no esteroideos para controlar el dolor) y la rehabilitación. Rara vez se recurre a la cirugía.

  • Reposo: es indispensable para que la fascia plantar se recupere y la inflamación remita. Evita durante unos días aquellas actividades que puedan causar dolor como salir a correr o estar mucho tiempo de pie.
  • Estiramientos específicos: pueden ayudar a aliviar la tensión muscular. Algunos ejemplos son los estiramientos de pantorrilla y del tendón de Aquiles.
  • Aplicar hielo: la aplicación de hielo en la zona afectada puede reducir la inflamación y aliviar el dolor. Se recomienda aplicar hielo durante 15-20 minutos varias veces al día.
  • Masajes para liberar la tensión: los masajes terapéuticos realizados por un fisioterapeuta ayudan a liberar la tensión en la fascia plantar y los músculos circundantes. También se pueden emplear dispositivos de masaje de uso doméstico.
  • Baños de pies con sales Epsom: los baños de pies con sales de Epsom pueden ser relajantes y ayudar a reducir la inflamación, pero no deben sustituir a otros tratamientos.
  • Ortesis o soportes para el talón: son plantillas ortopédicas diseñadas para proporcionar soporte y alivio a los pies. Para tratar la fascitis plantar se utilizan plantillas especialmente diseñadas para dar soporte al arco y el talón. Estas ortesis se insertan en el interior del calzado y ayudan a distribuir el peso de manera más uniforme. Al hacerlo, reducen la presión sobre la fascia plantar y alivian el dolor.
  • Férula nocturna: es un dispositivo que se usa mientras duermes para mantener el pie en una posición de flexión dorsal (con los dedos hacia arriba). Esta posición estirada durante la noche previene la contractura de la fascia que a menudo causa dolor matutino al dar los primeros pasos. También ayuda a reducir la inflamación manteniendo el pie en una posición neutral. Las férulas nocturnas son particularmente útiles en casos de fascitis plantar crónica o persistente. Es importante que la férula sea prescrita por un profesional de la salud y se ajuste correctamente para asegurar su efectividad y comodidad.

Sólo en el caso de que estos tratamientos conservadores no den resultado, el médico recurrirá a otras soluciones como las inyecciones de corticosteroides, la terapia de ondas de choque o la cirugía.

¿Podemos hacer algo para prevenir la fascitis plantar?

Muchas veces la fascitis plantar se puede prevenir con los cuidados adecuados:

  • Trata de mantener un peso saludable para reducir la presión sobre la planta del pie.
  • Realiza estiramientos específicos antes de salir a correr.
  • Utiliza unas zapatillas de deporte adecuadas.
  • Utiliza plantillas de descanso, si trabajas muchas horas de pie.
  • Evita caminar descalza sobre superficies duras.
  • Si eres runner asegúrate de tener una técnica de carrera adecuada para minimizar el estrés en la planta del pie. Un entrenador deportivo o fisioterapeuta puede ayudarte a corregir tu técnica si es necesario.

Recuerda que la prevención es crucial, y estos consejos pueden ayudarte a reducir el riesgo de desarrollar fascitis plantar o evitar que los síntomas empeoren si ya la padeces.