El cáncer de ovario afecta a 250.000 mujeres al año en todo el mundo. Es el cuarto en incidencia entre la población femenina después del cáncer de pulmón, el cáncer de mama,  el colorrectal o el de endometrio.


A pesar de que no suelen ser muy frecuentes, los oncólogos señalan que los tumores de ovario son de los más complejos de tratar ya que sus síntomas son poco específicos en la etapa inicial  de la enfermedad y a menudo se confunden con otras molestias como gases, digestiones pesadas o incluso sobrecarga muscular.

Sin embargo, una nueva técnica desarrollada por el Centro médico de Leiden (Países Bajos) ofrece resultados muy prometedores para el diagnóstico temprano del cáncer de ovario, identificando las células potencialmente peligrosas. El protagonista de este avance es un agente fluorescente al que han llamado “OTL38”.

Según los investigadores, el agente OTL38 permite: «Tener un diagnóstico primario, o alta sospecha clínica, de cáncer de ovario primario (de tipo epitelial), planeado para citorreducción quirúrgica primaria, citorreducción a intervalos o cirugía de cáncer de ovario recurrente».

OTL38 hace posible diferenciar tumores benignos y tumores malignos sin necesidad de recurrir a la biopsia. Gracias a él los cirujanos pueden intervenir en fases más tempranas de la enfermedad y practicar cirugías con mayor precisión y exactitud. De estas forma se evitan lesiones innecesarias o tener que extirpar tejidos completamente sanos por precaución.

Aunque la técnica es relativamente novedosa, ha demostrado un 29% de éxito a la hora de detectar masas tumorales que habrían pasado desapercibidas utilizando otros métodos de diagnóstico por imagen.

Esperamos seguir recibiendo noticias positivas como esta ya que los avances en ciencia e investigación son sinónimo de salud y calidad de vida.