El hielo nos encanta en los refrescos pero rara vez le damos ningún otro uso en nuestro día a día.
Aunque tal vez no lo sepas, el frío tiene algunos efectos beneficiosos sobre la piel: es capaz de tonificar de forma inmediata y de cerrar los poros abiertos, haciendo que esta luzca más firme y luminosa.
Recuerda sin embargo que nunca debemos aplicarlo directamente sobre la piel ya que resulta muy agresivo. En lugar de esto, envolveremos nuestro cubito de hielo en un pañuelo fino y a continuación lo pasaremos suavemente por la zona a tratar.
Hielo para tonificar tu cutis
Si tu piel luce cansada y apagada, pasa el cubito de hielo unos segundos por todo tu rostro después de la limpieza facial. Esto te servirá para cerrar los poros al instante y hacer que la piel recupere su luminosidad.
El frío local también puede mejorar el aspecto de tus ojeras, desinflamando la zona, o de las pequeñas arruguitas que se forman alrededor de los ojos.
Hielo para combatir la flacidez de los senos
Prepara una loción con 20 gotas de esencia de tomillo y media cucharada de agua mineral. Empapa unas gasas esterilizadas en esta loción y colócalas sobre tus senos dejando que actúe unos 15 minutos. Finaliza el tratamiento aplicando hielo (siempre envuelto en un pañuelo) sobre tus senos. Realiza un suave masaje en círculos, de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera.