Si padeces psoriasis debes saber que el sol aporta muchos beneficios a este tipo de piel, pero también que hay que extremar las precauciones y cuidados para no lamentarse.
El sol mejora el estado de las pieles con psoriasis.
Los dermatólogos coinciden en que durante el verano la piel con psoriasis experimenta notables mejorías. Tanto es así que las zonas afectadas pueden curarse por sí solas tras la exposición a la luz solar natural. Esto se debe a que los rayos ultravioleta ayudan a reducir el proceso inflamatorio y favorecen el retraso de la producción de células cutáneas, que es lo que produce las escamas.
En consecuencia, un breve periodo diario de exposición solar, evitando las quemaduras y usando la protección solar adecuada, puede ser beneficioso para que desaparezcan las placas.
Sin embargo, es importante no abusar del sol ya que:
- La sobreexposición solar puede agravar los síntomas de la psoriasis.
- Las quemaduras pueden desencadenar lo que se conoce como el fenómeno de Koebner que consiste en la formación de nuevas placas psoriásicas en las áreas de la piel que han sufrido algún tipo de trauma como quemaduras o abrasiones.
- Los dermatólogos desaconsejan exponer la piel al sol durante un brote.
Precauciones generales para tomar el sol con psoriasis.
Las pieles psoriásicas deben extremar la precaución durante la exposición solar. No obstante, debe ser el médico quien determine el factor de protección solar más indicado en cada caso y las necesidades específicas de cada tipo de piel. Por norma general, se recomienda:
- Evitar la exposición en las horas centrales del día.
- Aplicar una crema o loción de FPS +50 como mínimo y renovarla cada dos horas. Algunas de las mejores son: Isdin Fotoprotector Fusion Water SPF 50+, Heliocare 360° Gel Oil Free SPF 50+, Vichy Ideal Soleil BB SPF 50+ Emulsión Tacto Seco o La Roche Posay Anthelios Duplo Toque Seco SPF 50+.
- Algunos medicamentos que se usan para el tratamiento de la psoriasis pueden inactivarse con el sol, por ello se recomienda aplicarlos por la noche. Además, algunos tratamientos sistémicos vuelven la piel fotosensible por lo que se desaconseja comenzar con la terapia en verano. En caso de haberla iniciado, es fundamental evitar la exposición al sol.
- Al terminar no olvides hidratar tu piel con productos calmantes y emolientes que te proporcionen alivio y bienestar. Las lociones aftersun son ideales para este propósito.