Sensual young woman with drink sitting in a cafe.

Según los expertos, la ingesta calórica durante las vacaciones puede aumentar hasta un 50%. Si no quieres llevarte sorpresas en la báscula, tampoco es necesario que renuncies a ninguna cena o brindis; tan sólo es necesario que tratemos de evitar los excesos en la mesa y las «comidas-trampa» (alimentos con un elevado aporte calórico y bajo valor nutricional como snacks, alcohol, salsas precocinadas, etc.).

Si vas a organizar una reunión en tu casa, prepara alimentos frescos como ensaladas, brochetas de pollo o pescado a la plancha, quesos frescos desnatados o gazpacho.

En el caso de que te toque comer fuera, trata de evitar las galletas, frituras o panes. Los bufets libres pueden ser un peligro ya que es muy difícil resistirse. No hay que servirse de todo en cantidades exageradas y, si alguno de los platos es muy calórico, trata de compensarlo con los demás.

A media tarde puedes tomar un licuado verde, te ayudará a eliminar toxinas y a llegar con menos hambre a la cena.

Siempre que sea posible, practica algo de ejercicio. ¿Has leído ya nuestros tips para entrenar en vacaciones?

Recuerda que en verano lo ideal es mantenernos en nuestro peso, pero si hemos subido un par de kilos tampoco pasa nada, en septiembre podemos retomar nuestras rutinas para ponernos en forma.