Cuando nos hacemos el propósito de practicar algún deporte, además de elegir el tipo de disciplina (claro está) la segunda elección importante son los horarios. ¿Es mejor hacer ejercicio por la mañana nada más levantarnos o al final del día cuando ya hemos cumplido con nuestras obligaciones laborales?


Partimos del hecho de que la actividad física es beneficiosa a cualquier hora del día, pero si tienes la oportunidad de entrenar por la mañanas, esto te reportará una serie de ventajas adicionales.

¿Por qué deberías hacer ejercicio por la mañana?

A decir verdad, no hay estudios científicos que demuestren que hacer ejercicio por la mañana sea mejor que hacer ejercicio por la tarde o por la noche, sin embargo si madrugas para entrenar podrás notar algunos efectos positivos en tu cuerpo.

Estarás más descansada.

Normalmente, al finalizar el día los quehaceres y el trabajo hacen que nos sintamos agotadas. En cambio, durante la noche los músculos se relajan y la tensión desaparece, por eso al entrenar por la mañana estamos motivadas y llenas de energía. Por supuesto, la calidad del sueño también tiene mucho que ver. Si has pasado mala noche no deberías hacer ejercicio a la mañana siguiente pues entrenar con sueño aumenta el riesgo de sufrir lesiones.

Organizar mejor el día.

Si el ejercicio forma parte de tu rutina ¡reserva la primera hora de la mañana para esta actividad! Esto te ayudará a mantener unos horarios fijos y a organizar mejor el resto de las tareas del día.

Quemar más grasa.

Según un estudio de la Universidad de Northumbria publicado en el British Journal of Nutrition, los deportistas que salen a correr en ayunas queman un 20% más de grasa. Esto se debe a que cuando tenemos el estómago vacío nuestro organismo recurre directamente a las reservas de energía mientras que si hemos desayunado, simplemente gastaremos las calorías que acabamos de consumir.

Otra investigación realizada en 2010 también asegura que una persona puede quemar más calorías si entrena antes de desayunar. Esto se explica por un aumento de la sensibilidad a la insulina y a la hormona de crecimiento, ambas relacionadas con un metabolismo alto y mayor pérdida de peso.

No hay conflicto de horarios.

Mucha gente que se apunta al gimnasio termina dejándolo no por falta de voluntad, sino por compromisos de última hora que van surgiendo a lo largo del día. La solución está nuevamente en cambiar de horarios. Si decides entrenar a las siete de la mañana será muy improbable que a esa hora tengas reuniones de trabajo o compromisos familiares.

Mejora el estado de ánimo.

El deporte libera endorfinas también conocidas como «hormonas de la felicidad». Es la mejor forma de empezar el día de buen humor y con energías renovadas.

Ayuda a dormir mejor por las noches.

Entrenar a última hora de la tarde puede ser contraproducente ya que se alteran los patrones del sueño. Es algo que podemos evitar fácilmente si planificamos nuestros entrenamientos de mañana.

¿Te han gustado estos consejos? ¿Te animarías a hacer ejercicio por la mañana o te produce demasiada pereza?